Maldiciones de renovación perpetua

El buscador de tuétanos



La amiga María de las Clotildes

suele llamarme

a las cuatro de la madrugada

y a las cuatro de la tarde

para recordarme que

su contrato de renovación

de la amistad

se firma cada doce horas

y yo desembarco abruptamente

en sus oídos

maldiciones de siesta truncada

y quedamos en la plaza

de los ojos de salmón

para batirnos en duelo

con lo que más daño nos haga

tragamos plantas y esporas

cruzamos aceros

y destrozamos drones

contra las paredes líquidas

de nuestros sueños

la amiga María de las Clotildes y yo

volvemos con hospitales cicatrizando

cada cual a su casa

con una tregua firmada a sangre y fuego

que romperemos a la de doce horas

cuando mi siesta muera a manos

de su próxima llamada por teléfono



Imagen Javier Mayoral


Más artículos de Facelli Danilo

Ver todos los artículos de